¿Tienes una idea que podría cambiar el juego, pero no sabes cómo contarla para que te escuchen? Entonces este artículo es para ti. Hoy vamos a hablar de una herramienta poderosa y directa, el pitch. Ya sea que quieras vender un producto, conseguir financiación o atraer socios, saber preparar un buen pitch puede abrirte puertas que ni imaginabas.

Aquí te explico, sin rodeos, qué es un pitch, cómo se estructura, cuáles son sus tipos y por qué necesitas prepararlo con intención. Léelo hasta el final porque te daré consejos clave y errores que puedes evitar desde hoy. ¿Vamos?

¿Por qué todos hablan de pitch?

Desde startups hasta grandes empresas, el término pitch ha ido ganando terreno. Y con razón. En un mundo donde la atención dura segundos, necesitas impactar, no aburrir. Un pitch es, en esencia, una presentación breve y clara de tu propuesta de valor. Sirve para despertar interés y empujar a tu audiencia a dar un paso más: invertir, comprar o apoyarte. Un buen pitch no se trata de contar todo. Se trata de encender la chispa correcta en el momento justo.

Antes de empezar: responde estas 3 preguntas clave

Antes de abrir PowerPoint o escribir una sola línea, hazte estas preguntas:

1. ¿A quién vas a hablarle?
   No es lo mismo hablar con inversores que con posibles clientes. Cada audiencia quiere respuestas distintas. Ponle cara a esa persona que te escuchará. ¿Qué le importa? ¿Qué quiere saber?
2. ¿Qué quieres conseguir?
   ¿Buscas inversión, ventas, difusión o alianzas? Define tu objetivo principal y céntrate en lograrlo con claridad. No pretendas abarcarlo todo. Apunta con precisión.
3. ¿Cómo vas a presentarlo?
   ¿Será una presentación oral en un evento? ¿Un correo con tu pitch adjunto? ¿Un video corto? El canal también define el formato y el tono que debes usar.

Tipos de pitch que debes conocer y dominar

Hay varios estilos, y cada uno cumple una función distinta. Aquí los más útiles hoy:

1. Elevator Pitch

Imagina que subes a un ascensor con un posible inversor. Tienes 3 minutos para contarle qué haces. ¿Qué le dirías? Esa es la esencia del elevator pitch. Empieza con el “por qué” haces lo que haces, sigue con el “cómo” lo haces y cierra con el “qué” ofreces. Este modelo, propuesto por Simon Sinek, es simple y muy efectivo.

2. Pitch Deck (para inversionistas)

Este es más largo y visual. Generalmente incluye entre 10 y 20 diapositivas bien diseñadas. Aquí debes presentar tu equipo, el problema, tu solución, tu modelo de negocio y las métricas clave. Mi consejo: crea una historia visual. Cada slide debe tener un propósito. Usa gráficas, testimonios y un diseño limpio. Y no olvides una llamada a la acción al final.

3. Pitch Comercial

Este es tu discurso de venta. Está pensado para convencer a un cliente de que tu producto o servicio le va a cambiar la vida. Usa emociones, ejemplos reales, casos de éxito y un cierre claro. Muestra cómo resuelves su problema, y no te vayas sin pedir una acción concreta (una prueba, una llamada, una compra).

4. Tweet Pitch

Sí, como lo lees. Vivimos en la era de los 280 caracteres. Este micro pitch condensa en una o dos frases tu propuesta de valor. No subestimes su poder: puede abrir muchas puertas si lo usas como entrada en redes, eventos o emails.

Los secretos del pitch perfecto y lo que debes evitar

Un buen pitch debe atrapar desde la primera frase. No des rodeos. No expliques todo. Deja que quieran saber más. Aquí algunos consejos que aplico siempre:

• No llenes las diapositivas de texto. Las slides apoyan, no narran.
• No intentes decirlo todo. Prioriza lo esencial.
• No uses jerga técnica si tu audiencia no la conoce. Habla claro.
• No uses el mismo pitch para todos. Personaliza cada presentación.
• No olvides un cierre poderoso. Nada de “y eso sería todo…”.
• Ensaya el tiempo. Un pitch desbordado pierde fuerza. Practica, cronometra y mejora.
• Un pitch no informa, ¡activa!
  Aquí va lo más importante: un pitch no debe informar, debe empujar a la acción. Tu audiencia no solo debe entenderte, debe sentir que necesita más de ti.
  ¿Quieres que inviertan? Diles cómo ganarás dinero.
  ¿Quieres que compren? Diles cómo resolverás su problema.
  ¿Quieres que te recuerden? Dales una razón para hacerlo.
  Empieza con fuerza. Cierra con impacto. Y sobre todo, cuenta tu historia con pasión. Eso no se puede fingir.
  

El pitch es tu llave maestra

Esta tecnica, no es solo una presentación. Es la primera impresión de tu proyecto. Es tu oportunidad para brillar, conectar y avanzar. Prepararlo con intención puede marcar la diferencia entre una puerta cerrada y una gran oportunidad. No lo subestimes. No improvises. Domina el arte de contar tu idea y verás cómo se multiplican tus posibilidades. ¿Lista para practicar tu pitch?